Imagínese una fábrica donde las máquinas se comunican entre sí, los pedidos se actualizan en tiempo real y los proveedores están conectados al proceso de producción. No es ciencia ficción: es la fábrica inteligente, y ya está funcionando en muchas empresas líderes del sector.
La digitalización avanza rápido. Para mantenerse competitivas, las empresas industriales deben adaptarse e innovar. La creciente inversión global en I+D lo deja claro: el momento de actuar es ahora.